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Frank Hoffer |



La anodina defensa de la situación actual por las fuerzas ecologistas, liberales y de izquierda no contribuirá en nada para detener el avance de la ultraderecha. El espíritu de la época exige un cambio. Las obsesiones pseudorradicales con el lenguaje purificado y correcto y la lucha apasionada contra expresiones no intencionadas y a veces subconscientes de representantes de la corriente mayoritaria que son presentadas como micro agresiones contra grupos minoritarios no captan lo que realmente está en juego.
Para revertir la marea se requiere una visión de justicia a nivel local y global que hable a la gente, más allá de las universidades y las zonas de comodidad urbanas en vías de gentrificación. Exige a la vez, trabajar por lograr cambios de fondo y esforzarse diariamente para aliviar la vida en un mundo sin piedad e injusto.