Achim Truger |
Sarah Godar |
A lo largo de las últimas décadas el efecto redistributivo de los sistemas tributarios de la mayoría de los países integrantes de la OCDE ha sufrido un debilitamiento considerable y premeditado a partir de políticas tributarias que reducen la carga impositiva sobre la riqueza. Las tasas de los impuestos sobre la renta personal y las rentas de las sociedades se han reducido masivamente y los ingresos de capital gozan de privilegios especiales. Al mismo tiempo, tanto individuos ricos como empresas han recurrido, cada vez más, a la evasión impositiva legal e ilegal mediante la transferencia de sus ingresos y ganancias a países con baja presión fiscal. De continuar esta tendencia, las disparidades en la distribución del ingreso se profundizarán. A largo plazo, esto constituirá una seria amenaza para el financiamiento del Estado de bienestar.
Sin embargo, debido a los riesgos presupuestarios que se han producido a partir de la Gran Recesión, a los que se suman las disparidades crecientes en la distribución del ingreso y la riqueza, las reformas tributarias de signo progresivo están nuevamente en la agenda de muchos países de la OCDE. Hay señales de que la tendencia regresiva en materia de tributación con fines redistributivos podría estar llegando a su fin (Godar, Paetz y Truger, 2014). Además, varias instituciones internacionales han adoptado posiciones más o menos progresistas al pronunciarse sobre las posibilidades de consolidación fiscal mediante reformas tributarias que sean socialmente aceptables.