Richard Hyman |
Rebecca Gumbrell-McCormick |
Los desafíos para los sindicatos europeos
Desde hace varias décadas los sindicatos europeos -por mucho tiempo entre los más fuertes del mundo- están a la defensiva. Bajó el número de afiliados, en algunos casos de forma drástica, y se ha reducido su capacidad de negociación colectiva, al igual que su influencia en los gobiernos y, en algunos países, el respeto popular. El movimiento sindical de Europa occidental llegó a su máxima expresión socioeconómica hace cincuenta años, en el contexto de la producción industrial en gran escala (el 'fordismo') y el perfeccionamiento del estado de bienestar keynesiano: algunos empleadores de punta se convirtieron en 'campeones de la nación' y no cabía duda de que los gobiernos nacionales se encargarían de definir la política social y económica; parecía obvio el papel fundamental de los sindicatos en esta relación triangular.
Desde entonces el panorama ha cambiado irrevocablemente. Hoy en día los gobiernos se declaran incapaces de resistir los dictados de las fuerzas económicas internacionales, las principales empresas operan, casi sin excepción, a partir de estructuras de propiedad y estrategias de producción transnacionales, al tiempo que los sindicatos a menudo se encuentran desorientados. Muchos se muestren inseguros con respecto al papel que deben cumplir en el siglo XXI, lo que origina conflictos internos. Algunos observadores dudan incluso de la relevancia de los sindicatos como actores socioeconómicos. Pero también es cierto que los tiempos duros pueden estimular una reorientación del pensamiento y, a partir de ahí, abrir nuevas oportunidades; el desafío consiste en la revisión de la razón de ser y las prioridades de los sindicatos, así como la definición de nuevos caminos para alcanzarlas. Estos pueden implicar algunas decisiones difíciles: no todos los objetivos tendrán la misma prioridad, sobre todo, si los recursos están más escasos.
Hemos concluido un estudio del movimiento sindical en diez países de Europa occidental que busca explorar sus respuestas a los desafíos que debe superar y trata de dilucidar hasta qué punto está desarrollando nuevas fuentes de poder (Gumbrell-McCormick y Hyman, 2013).